Hoy continuando con las técnicas de recompensa para mejorar la conducta de los hijos y la utilidad de la misma en su desarrollo social.

By Published On: 11 de agosto de 20130 Comments

Hola a tod@s:

Dedico la columna de hoy a las personas que recientemente estuvieron de cumpleaños: Magdelyn Genao, Akiko Yanagi, Alejandro Gómez, Vania Violeta Núñez, Raymond García, Marcia Gil, Víctor José Herrera, Luz Mata y en el día de hoy Domingo Pérez. Agradezco los hermosos comentarios que me inspiran a escribir de: Wendy Florencio, Ronuel Cepeda, Nelly Ramos, y los seguidores de Facebook: María Reyes, Andrés Paulino y Thomas Reynoso.

Hoy continuando con las técnicas de recompensa para mejorar la conducta de los hijos y la utilidad de la misma en su desarrollo social.

Para mejorar los resultados de los niños y niñas en su rendimiento escolar, los padres deben trazar una política de objetivos del trabajo diario, es necesario comprobar los resultados de sus esfuerzos diarios, y recompensarlos de manera quincenal y no esperar hasta fin del año escolar que apruebe su curso para premiarlos, cuando se pueden premiar sus avances semanales, quincenales y mensuales, esto estimula a los niños a ser aplicados en sus estudios.

Muchos padres suelen asociar la idea de recompensa a la de un "bien material". Pero, en la realidad, las recompensas más eficaces son las más inmateriales: el elogio, la atención, el afecto, la compañía, suelen ser las más económicas y rentables.

Cabe decir que el hecho de que "algo" pueda ser o no recompensa, dependerá de la especial motivación de cada niño, la cual puede variar de un momento a otro. No podemos esperar que la misma cosa sirva de recompensa al niño o niña en cada ocasión, ni que sea la misma que sirva para otros niños. Pero, en general, las que hemos citado suelen tener una atracción prácticamente universal. El elogio es particularmente interesante, porque además sirve para reforzar la seguridad en uno mismo. El niño o niña  puede aumentar la confianza en sus posibilidades si ve que sus comportamientos son valorados positivamente.

La semana próxima haremos un alto en el tema que estamos tratando, pues  les recuerdo que  tendremos un especial por motivo de nuestro sexto aniversario, el día lunes 20 de agosto del 2007, iniciamos por primera vez  esta columna Vida Positiva y gracias a Dios y a todos ustedes debemos el crecimiento y la aceptación de la misma y por eso las próximas dos semanas,  presentaremos los mejores comentarios del  2013 que hemos recibido, dichos comentarios son enviados por ustedes nuestros seguidores, los cuales son la motivación para seguir escribiendo y es una forma de agradecerles el apoyo que cada lunes nos brindan, por motivo de confidencialidad y privacidad los nombres de las personas se mantendrán en el anonimato.

Les dejo una frase bíblica para meditar: "Entonces tu sabrás que yo soy Dios, y que nunca defraudo a los que esperan en mi". Isaías: 49, 23.

Mi reflexión personal de esta semana, no es de mi autoría pero fue un interesante tema que nos enviara la encargada de mi comunidad de oración la Sra. Adriana Pérez, y que quiero compartir un párrafo del texto y trata sobre aprender a amar a las personas como Jesús nos enseñó, y dice lo siguiente: A nosotros nos gusta elegir bien nuestras amistades y las personas con las que compartimos nuestras vidas; somos muy exigentes a la hora de seleccionar, nos fijarnos en el modo de ser, los gustos, las aficiones, las ideas religiosas, las opiniones políticas, el nivel económico y cuantas formas tengamos de etiquetar a las personas;  son tantos y tantos los requisitos que cuando miramos alrededor, en realidad estamos prácticamente solos. Todavía recordamos la imagen del cesto de manzanas con una podrida en medio, y los «sabios consejos» que nos dieron en nuestros años infantiles... nunca un cesto de manzanas sanas «curó» a una manzana podrida, pero una sola manzana podrida basta para echar a perder todo el cesto de las sanas. Tenemos una facilidad para conocer lo que es "bueno" y "malo" lo «sano» y lo «enfermo» y qué  poca confianza tenemos en el Señor y su Espíritu que habita dentro de nosotros.

Hacemos cosas para que los otros cambien, para que sean de una forma diferente, para que dejen de ser ellos y sean como nosotros  queremos que sean. Y ahí empezamos a juzgarlo y olvidamos que Jesús no vino para los sanos sino para los enfermos, que acogió a los pecadores y no a los justos. Esto es lo que  nos distingue de Jesús: el disfrutaba acogiendo  y comiendo con los «males»: nosotros sufrimos tan solo  de pensar en ellos. El comprendía: nosotros  juzgamos. El quería a los  demás,  nosotros nos  queremos solo a nosotros mismos o nuestro reducido círculo. EI estaba rodeado de todos, nosotros estamos solos. El estaba en la realidad nosotros en la quimera de nuestros pensamientos. Los verbos que utiliza el evangelio para describir las acciones de Jesús con los pecadores y descreídos son: llamar, comer, salir a buscar,  invitar, acoger: esto es lo que en verdad produce  el arrepentimiento. Y me pregunto y les pregunto estamos acogiendo, amando como Jesús nos enseñó?

Saquen un tiempecito y escuchen la hermosa canción Tengo un nuevo amor de Wilkins, en una versión con la orquesta sinfónica Puerto Rico,  cuyas hermosas letras dicen, yo tengo un nuevo amor, el corazón me late sin parar, hay uno que me ha dicho te amor de verdad, jamás imagine poder hallar aquel que le dio a mi vida, una razón para amar, y más que amor mi dulce paz. Siento que tengo ganas de volar al firmamento y gritarles al mundo entero lo que estoy sintiendo, que ya encontré mi verdadero amor y nunca me casare de repetir hasta el final que tengo un nuevo amor, entre a este link con derecho de autor pues lo encontré en una página publica: http://www.youtube.com/watch?v=wUhhgyXDVmw

 

Feliz resto de la semana y muchas bendiciones,
 

Marisol

 

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