Continuando con el seriado de la convivencia humana y como desarrollar relaciones sanas
Hola a tod@s:
Dedico la columna de hoy a las personas que recientemente estuvieron de cumpleaños: Rocío Jenkins, Luis Emilio Soto, Miriam Cabrera, Johana Maxel Padilla, Haydee Fernández, Emma Valdez, Cappe Appe, Daneri Peralta, Víctor Lora, Dannys Maldonado, y en el día de hoy Wendy Ogando, Suhail Ortiz, Susana Mora y Erica Hernández. Agradecemos los comentarios que me inspiran a escribir de: José Montilla, Nelly Ramos, Yesenia Vásquez, y los seguidores de Facebook: Chuchy Hernández, Yindry Almonte, Andres Paulino, Thomas Reynoso, Alexandra Inoa y Ruth Ángela Duran, para todos ellos muchas bendiciones.
Hoy retomamos con nuestro interesante seriado de la convivencia humana y como desarrollar relaciones sanas. Seguimos adentrándonos en el libro El Arte de Amar escrito por el reconocido psicoanalista alemán Erich Fromm, continuamos con el tema del conocimiento de los demás para cultivar el amor y desarrollar sanas.
El amor es la única forma de conocimiento, que en el acto de unión, satisface mi búsqueda. En el acto de amar, de entregarse, en el acto de conocer a otra persona, me encuentro a mi mismo, me descubro, y a la vez nos descubrimos ambos, descubro al ser humano. El anhelo de conocernos a nosotros mismos y de conocer a nuestros semejantes fue expresado en el lema délfico: "Conócete a ti mismo". Tal es la fuente primordial de toda psicología.
Pero en el amor, conocemos al ser humano, desde lo más profundo, de lo que procede de su pensamiento más allá de su pensamiento. El acto de amar, transciende el pensamiento y a las palabras. Sin embargo, el conocimiento del pensamiento, es decir el conocimiento del comportamiento, y de la manera de accionar es una condición necesaria para el pleno conocimiento en el acto de amar.
Hemos visto los cuatros ingredientes básicos del amor: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, los cuales son mutuamente interdependientes y constituyen un conjunto de actitudes que forman parte de las personas maduras, es decir aquellas personas que desarrollan productivamente sus propios poderes, que solo desea poseer lo que ha ganado con su trabajo, que a renunciado a la omnipotencia y al egoísmo, que ha adquirido humildad basada en esa fuerza interior que solo las personas genuinas pueden lograr.
La semana próxima continuaremos con este importante tema y la importancia de la unión para cultiva.
Mi reflexión personal de esta semana, tiene que ver con la octava lección de vida, autoría del Sr. Miguel José Moya, a la que agregaré mis sugerencias. La lección # 8: Hay más raíces que ramas, siente y conoce la historia. Estoy convencida de eso, antes de juzgar a las personas y de establecer un punto de vista radical sobre las mismas, conoce su historia, te sorprenderías de ver que esa persona que juzgas como arrogante, egoísta, emotiva, triste, odiosa, pudo tener una experiencia de vida difícil, mejor te recomiendo que conozcas su historia y su experiencia personal e incluso luego de conocerla como me ha pasado a mí, te identifiques y te des cuenta, que esa persona tiene muchas cualidades y valores que necesitan ser reflejados y tu puedes ser un puente para canalizarlos y ayudarle a ser mejor persona.
Les dejo una frase bíblica para meditar: "No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes. Mateo 7: 1-2.
Saquen un tiempecito y entren a este link con derecho de autor, que encontré en una página publica es la canción de la película cuyo tema tiene el mismo título La Bella y la Bestia, cuyas letras hablan precisamente que antes de juzgar debes entregar el corazón, debes aprender dice la canción que antes de juzgar tienes que llegar hasta el corazón, cierto como el sol que nos da calor, no hay mayor verdad la belleza esta en el corazón, nace una ilusión, tiembla de emoción, bella y bestia son, entren a: http://www.youtube.com/watch?v=ofs4GweJ44k
Feliz resto de la semana y muchas bendiciones.
Marisol